Donnie Darko
Hay películas de las cuales estoy locamente enamorado y no soy objetivo al momento de calificar. O quizá lo soy más que nunca con ellas. Eso no importa. Lo importante es que Donnie Darko es una de esas películas. Desde el momento que la vi quedé prendado a ella así que ya podrán imaginar lo difícil que se me hace escribir una critica a este peliculón. Y como no se me ocurrió nada, les contare simplemente por que me enamoré de Donnie Darko y el conejito Frank.
Soy el hombre solitario de Dios (premio para el que adivina la peli) y lo único que puedo agradecer es tener amigos tan cinéfilos como yo, pues gracias a uno de ellos conocí esta fantástica obra maestra. Recuerdo que cuando la vi por primera vez quede al mismo tiempo complacido y sorprendido, y tuve que atar varios cabos antes de sonreír y gritar “¡Que grande es el cine!”. Es un film complejo, cierto, pero que admite comprensión. La mayor parte de las críticas se limitan a explicar el final. Yo no, háganlo ustedes mismos. Sólo les digo que Donnie, interpretado por el magnifico Jake Gyllenhaal es uno de esos personajes enormes que te dejan marcados y con los cuales te puedes identificar. Es uno de esos esquizoides adorables estilo Holden Caulfield que condensan la adolescencia en su propia existencia.
La película en si es pura filosofía, sin embargo no en ese estilo Bergman, que intenta meterte los simbolismos por la boca, sino que los presenta con sencillez y luego tu los observas cuando quieres profundizar. La banda sonora es espectacular, crea un ambiente brillante, ambivalente, y cada segundo parece meternos a nosotros dentro de un misterioso deja-vu. Las actuaciones están muy bien: ya mencioné al gran protagonista, aparte de él también destaco a Drew Barrymore como la sexy profesora, a James Duval como el adorable conejito, y me pongo de pie para la genial Beth Grant (In my anus!).
La historia, por su parte, está excelentemente construida a partir de la aparente esquizofrenia de Donnie y es ese el punto de partida desde el cual vemos casi todos los hechos. Y eso es lo mejor, la ambigüedad. Richard Kelly nos regala ese espectacular final para que cada uno pueda interpretarlo a su manera, siempre ateniéndose a las pistas entregadas. El guion es brillante, preciso, ingenioso y Donnie Darko se manda cientos de frases para el bronce que no me creerás.
Me gustaría terminar con mi interpretación del final, pero mejor no lo haré. Siempre está la posibilidad de que Donnie estuviera jodido de la mente y todo fue un viaje psicotrópico. Lo importante es que este film es mágico, es brillante y lo mejor de todo, es emocionante, te toca.
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