La lengua de las mariposas
Debe quedarnos claro que la cinta “La lengua de las mariposas” para nada es de aquellos filmes que marca tendencia, no es un film vanguardista, no es un film trascendental ni nada, pero se gana un puesto en el podio de las películas que me emocionaron hasta las lágrimas.
La película no tiene un gran presupuesto, enmarcada mas que nada dentro del cine arte bien indie, elabora a partir de un cuento del mismo nombre una historia mucho más ensalsada, con una hermosa fotografía y una dirección que te logra cautivar, y hacerte parte del momento histórico de la película, además, si te gustaría ser profesor alguna vez, esta es una película que te inspira hasta los huesos.
Lo hermoso de este film es que nos enseña cómo debe ser realmente la educación en este mundo, la notable profesión que es ser un “maestro” con toda sus letras, alguien a quien admires, al cual ocupas en tus momentos de niñez y durante tu vida como inspiración de cada día, una persona que te haya marcado no solo enseñándote que 2+2=5, sino que te enseña por ejemplo… cómo las mariposas extraen el néctar de la flor.
Es así de sencillo, cuando una persona tan sensata te marca te deja un regalo de por vida, que luego cuando eres viejo y recuerdas tu infancia, al recordar el rostro de aquel maestro o maestra sonríes y te emocionas. Un film que, digámoslo también, es un balde de agua fría para todos aquellos especímenes que practican la pedagogía hoy en día por que no les alcanzo el puntaje para otra cosa o por cualquier otra razón estúpida, aquellos engendrillos fríos, distantes, supervisores de un producto para la maquinaria, que desempeñan su profesión tal como los robots del registro civil, tal como la mayoría de los humanos hoy en día, automatizados por un sistema que los venció.
Por último, el final de este film es rompe corazones, sin hacer gala de un hecho extremadamente trágico, en un par de segundos te quebranta toda la línea de sentimientos que llevabas, y te quedas sin hablar más que por un par de minutos.
El fascismo es un monstruo, y el ser humano, un hipócrita…
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